BIENVENIDO A MI BLOG

En él cuento mi vida, pensamientos, recuerdos, un poco de todo, pero siempre con la verdad por delante y sin pelos en la lengua...

Si eres alguien con prejuicios, retrógrado, de los que pones etiquetas a las personas, puede que no te guste lo que leas.

Si tienes una mente abierta, tal vez aprendas incluso alguna cosa que no supieras, y no tengo problemas para aclarar dudas de todo tipo, siempre que esté en mi mano....

martes, 7 de diciembre de 2010

LOS HOMBRES DE MI VIDA. (1ª Parte)

Creo que este apartado será bastante largo, por lo que lo clasificaré en tres grandes grupos.
Por un lado, los hombres que conocí antes de los 22 años (cuando perdí la virginidad), por otro, los posteriores, y en último lugar, dejaré un capítulo solo para mi marido, porque se lo merece.
Hablaré de los que recuerde y les pondré un número para diferenciarlos. Entre medias ha habido numerosos rollos con los que solo me besaba, y tal vez algún polvete que por su poca importancia ni me acuerdo.

No solo aparecerán chicos con los que he tenido algún "affair", sino también aquellos que por una razón u otra han dejado algún tipo de huella en mi mente.

NÚMERO 1 


El primer chico con el que salí, aunque me había besado con uno o dos antes que él.
Teníamos 16 años. Yo sentía que le gustaba, y como a mí él también me atraía me sacaba de los nervios el que no se atreviera a confesármelo. Hasta que un día en el que estábamos solos, me sacó tanto de mis casillas, que fui yo la que le pedí salir.

Hoy en día todavía no me lo creo. Fue el primer chico con el que salí, y tuve que dar yo el primer paso.

Cuando me acompañó a casa recuerdo el beso que nos dimos con mucha emoción. Fue superintenso, de esos que no quieres que se acaben.
La verdad es que echo de menos el como me sentía en la adolescencia. Era todo más intenso, mas excitante.

Con el tiempo, me cansé de su actitud. Digamos que no me hacía todo el caso que yo quería, así que al mes y medio, corté con él.
Recuerdo lo que lloré ese día.

Pero seguíamos saliendo en la misma pandilla, así que nos veíamos, aunque teníamos una relación muy tensa. Él tenía un amigo con el que yo me llevaba superbien,  hablando, haciendo bromas, etc.
Llegó un día en el que estábamos los tres sentados en la escalera de una iglesia. Tenía a mi amigo entre mis piernas, y mi ex, continuamente intentaba que se levantara por una cosa u otra, y quitarle el lugar de su asiento. Al final, mi ex, me llevó aparte, y me pidió salir de nuevo, a lo que yo acepté.

Pero duró poco. Su actitud hacia mi seguía siendo muy distante, no me convencía. De que me sirve gustar a alguien, si no me lo demuestra....Una semana más tarde, volví a cortar con él.

Posteriormente mi amigo me dijo algo que me dejó desconcertada. Según él, a mi ex le disgustaba que no me dejara meter mano. Eso me cabreó bastante ¡será caradura!.  ¿Cómo podía pretender que me dejara tocar, cuando él era mi primer "novio", llevábamos poco tiempo saliendo y me consideraba muy joven para ese tipo de juegos?

NÚMERO 2

El segundo chico con el que salí. También era compañero del Instituto de Bachillerato, aunque le conocí en una discoteca. En la misma noche que nos conocimos, me pidió salir y nos dimos el primer beso.

Pero esta relación tampoco me convencía demasiado. Por un lado era poco hablador, y tenía un carácter extraño, algo introvertido y misterioso. No niego que este carácter me atraía un poco, sobre todo al principio, pero tanto misterio y tan poca comunicación no me va. Y por otro lado, no me gustaba como era en la intimidad. Lo consideraba poco activo, le gustaba más que le hiciera a hacer él, y eso cansa...(siempre teniendo en cuenta que no nos tocábamos según que partes)

Creo que duré como un mes, y  no le sentó nada bien que le dejara, siempre guardó cierto rencor hacia mi por ello, porque aunque no era capaz de expresar sus sentimientos como yo necesitaba, estaba enamorado de mi. ¿Y por qué se que estaba enamorado de mi? Porque 10 años mas tarde tuvimos un par de encuentros y me lo confesó.

No adelantemos acontecimientos.
Algunos años después de esta relación, este chico trabajó como socorrista de la piscina de mi urbanización. Hablábamos de vez en cuando, y él seguía con ese aire misterioso que me atacaba los nervios. Tenía la sensación de que le seguía gustando, pero no me decía nada, y como no estaba segura, pues tampoco lo hacía yo. Bueno decírselo a la cara no, pero le mandaba cartas de amor anónimas con letras de canciones del grupo Mecano. (Se que suena cursi, pero en aquella época me resultaba romántico).

Pasaron muchos años sin saber de él hasta que no recuerdo como (imagino que me llamaría por teléfono) nos volvimos  a ver. Vivía en un piso compartido, tenía unos 24 años, y ya no era la niña con la que él salió. El seguía tan misterioso, y tuvimos un par de encuentros sexuales. Esta vez si que hubo de todo, menos penetración, porque él no quiso. Pero seguía igual de rarito, así que me cansé de verle, de nuevo.

Y seguían pasando los años, hasta que mediante un buscador de antiguos compañeros de instituto, dí con su dirección de correo electrónico, con lo que reanudamos mediante mail el contacto.
Yo ya estaba felizmente casada, y el vivía con una chica y tenía un hijo. En estas conversaciones, me confesó sus antiguos sentimientos y rencores hacia mi, y me explico que el no haber querido mantener relaciones sexuales conmigo, era debido a una serie de miedos que tenía en esa época, pero que ya no los tenía, y que le encantaría demostrármelo.
En fin, que no me gustó el plan en el que iba. Me dio a entender, que aunque estaba enamorado, era de los que buscaba planes (incluida yo) para ser infiel. Cuando le censuré por esta actitud, me echó en cara que yo no era una santita, y que tampoco era muy fiel que digamos.




NÚMERO 3




El jugaba un partido el domingo, y el sábado jugaba por la tele un equipo que se supone era importante para él. Su excusa, es que tenía que aprender de ese partido para jugar bien el domingo. Y para mi eso no era excusa suficiente. Solo le veía uno o dos días a la semana, y no estaba dispuesta a que él prefiriera estar una semana más sin verme por una mierda de partido.

Fue muy curioso, porque él me planteó la posibilidad de vernos para hablar del tema, pero realmente nunca llegó esa conversación.

Como podéis ver, tengo carácter. Soy buena, pero no tonta.
Creo que por esta razón nunca he dado con un novio maltratador o celoso, porque con mi carácter, directamente me los quitaba de encima si veía que eran de ese estilo.


NÚMERO 4


Un compañero del Instituto, que iba a la clase de enfrente. Hacía poco que se había mudado a mi ciudad, y "supuestamente" estaba enamorado de una chica con la que salía en su antiguo lugar de residencia.
Le consideraba un gran amigo. Hablábamos mucho, a veces íbamos a su casa con amigos, y teníamos mucha confianza.
Con él descubrí lo que era hacer una paja (vamos, que fue el primer pene que toqué). Creo que tenía unos 18 o 19 años. Pero  yo seguía sin permitir que me tocaran.
Aunque en la práctica no es que tuviéramos una relación de pareja (éramos lo que se llamaba amigos con derecho a roce), la verdad es que nos llevábamos muy bien y corté esta relación de una manera muy brusca, y además me enfadé mucho con él. Algún compañero de su clase, le dijo algo como que yo iba diciendo que salíamos juntos. En primer lugar, yo nunca utilicé esas palabras, aunque no niego, que a lo mejor comenté a alguien que estábamos enrollados (cosa que no era mentira).
Como él se lo tomó a mal, a mi me hizo sentir como que se avergonzaba de estar liado conmigo, así que le pegué cuatro voces y le deje con un palmo de narices.
De desagradecidos está el mundo lleno.

NÚMERO 5

Lo conocí a través de la mesa del Instituto.
Me explico.
El estudiaba en nocturno y yo en diurno. Empezamos dejándonos mensajes escritos en el pupitre, y luego mediante notas de papel escondidas en la mesa; hasta que un día él vino a mi clase para conocerme, y empezamos a quedar.
Fuimos lo que se llama amigos con derecho a roce, nunca llegamos a tener una relación formal, pero he de reconocer que él me gustaba bastante.
Hubo una noche que estábamos dándonos el lote en una calle oscura, cuando intentó meterme mano, pero yo no le dejé. El insistió con fuerza, y me dio miedo, al ver que me costaba defenderme, así que agarré  lo único a lo que pude asirme para detenerle, que fueron sus testículos. ¡Menudo salto pegó! Nos enfadamos y cada uno fue por su lado.
Pero luego hicimos las paces, y seguimos con nuestros encuentros sin compromiso.
Era muy apasionado, y no niego que era lo que más me gustaba de él, y fue el primer chico que me masturbó. Pero cosas de la vida, yo seguía sin dejar tocarme el pecho.
Tenía demasiados tabues, y un cacao mental que ni yo sabía lo que quería.
Empecé a cansarme de esta relación, porque veía que no llegaba a ninguna parte, por lo que para darle celos, acepté salir con su amigo. Pero no funcionó. A él le dio igual e incluso intentó liarse de nuevo conmigo. Vi que ni celos, ni respeto por la amistad. Dos semanas mas tarde, deje de verlos a los dos. El amigo no me gustaba, y pasaba de esta situación.

NUMERO 6

Tocaba la guitarra en un grupo, y le conocí por ser amigo del novio de una amiga.
Recuerdo nuestros encuentros tumbados debajo de los árboles de un parque que había por la zona.
No hubo tocamientos impuros, pero notaba algo muy fuerte hacia él, por lo que tonta de mi, no se me ocurrió otra cosa que hacerle llegar una carta declarándole mis sentimientos.
Y ahí se acabo todo. Me llamó para quedar conmigo, y lo que yo creí ser una respuesta romántica a mis sentimientos, se convirtió en una confesión se sus intenciones. En resumidas cuentas, estaba por el rollo mas que por otra cosa, y no quería hacerme daño. Me devolvió mi carta y esa fue la última vez que le vi.
Y por cierto, esa carta se debió de perder, porque no llegó a mi casa....
Duró poco esta relación, pero me hizo sentir muchas cosas muy bonitas.

NÚMERO 7

Nunca consideré estar saliendo con él, pero él si lo creyó. Me sentí halagada, por lo que le dedicaré unas líneas.

Nos conocimos en una fiesta de Fin de Año, de esas a las que se va con toda la familia. Hablamos, y le comenté donde estudiaba, pero nada más.

Cuando empezó el curso de nuevo, me lo encontré en la puerta del Instituto, y le dejaba acompañarme hasta mi casa. Lo hizo durante un tiempo, pero me sentí agobiada. No me gustaba, y él no dejaba de insistir en que quedáramos alguna vez para salir.

Empecé a esquivarle, salía por otra puerta, etc. Pero mi hermana me insistió en que tenía que hablar sinceramente de lo que pasaba. Así que lo hice e intenté ser lo más suave para decirle que no quería salir con él. Por fin dejó de acosarme.

Nunca más tuve un admirador de este tipo, por lo que lo recuerdo con cariño.

Años después, hablando con una amiga que por lo visto lo conocía, me comentó que este chico iba contando por ahí que había salido conmigo. La verdad es que me sentó muy mal en ese momento, porque yo solo quería quitármelo de encima.
Ahora me da igual, me daba un poco de pena, pero nada más

NÚMERO 8

Le conocía de tiempo atrás de la discoteca, y aunque nunca me había dicho nada, yo sabía que le gustaba, por como me miraba. Admito que me resulta muy agradable la sensación de gustar a un hombre, es como si me subiera el Ego o algo así.

Hubo un día, que no sé como, me enrollé con él y empezamos a salir.
Admito que hasta la fecha, fue el mejor novio que tuve.

Le veía con frecuencia, ya que venía a recogerme con el coche al instituto (mi primer novio con coche) para llevarme a casa. Con ello, pues nos veíamos una media hora casi todos los días.
Estaba pendiente de mi, era cariñoso, no me podía quejar...
Seguía sin dejarme tocar el pecho, pero con este chico tuve penetración anal un par de veces.

No es que esté segura, pero me parece que lo de no dejarme tocar el pecho, tenía que ver con mis complejos. Y mi complejo de pecho no era porque no me gustase, ya que ese no era exactamente el caso. Era más bien por mi extraña timidez, por saber lo que provocaba en los hombres su voluptuosidad (con 13 años ya tenía 100 cm de contorno de pecho, y ahora tengo 115 cm)
Era un reflejo de mi inseguridad.

Recuerdo con gran excitación cuando él iba conduciendo mientras yo le masturbaba. Era la inconsciencia de la edad (sé que esto es muy peligroso), y creo que no lo he vuelto a hacer. Pero me resultaba muy provocador el saber que no se podía defender.....
En fin, fue todo muy bonito, y aunque nunca me confesó con palabras lo que él sentía, yo lo sabía, y notaba que no era capaz de corresponder al 100 % a sus sentimientos. No había suficiente feeling, química, etc, así que decidí cortar la relación, antes de que se enamorara mas de mi y le hiciera más daño.

Cuando llegó ese día, él lloró y me pidió otra oportunidad. Me dio muchísima pena, pero no se la di. Si puedo evitarlo, no me gusta hacer sufrir a la gente, al igual que no me gusta que me hagan sufrir. Y sabía que aunque era capaz de sentir atracción física por este hombre, no era suficiente.
Tal vez, si él no se hubiera enamorado de mi, hubiera estado algún tiempo más, hasta encontrar a quien llenara mi corazón.

Soy capaz de tener una relación con un hombre basada solamente en la amistad y el sexo, pero asumiendo las consecuencias, de que ante todo tengo sentimientos, y que si aparece alguien que me llene el espíritu, para mi es mas importante que el físico, y terminaría con esa relación.

Muchos años después, estando ya casada, me lo encontré y hablamos unas palabras. Podían haber pasado tranquilamente 15 años desde la última vez que le vi, pero por su mirada noté que todavía sentía rencor hacia mi. No vi deseo en su mirada, vi dolor o algo así.
Me contó que se había casado, divorciado y que tenía un hijo.

NÚMERO 9

¿Os acordáis del primer chico con el que salí? Recodáis que tenía un amigo con el que me llevaba muy bien. Pues cuando yo tenía unos 20 o 21 años, me lo encontré por la calle, y empezamos a salir mi mejor amiga del momento y yo con su pandilla.
No tengo muy claro como pasó, pero empezamos a salir como pareja.
El me caía muy bien. Ante todo éramos muy buenos amigos, al igual que lo éramos en el pasado. Pero faltaba algo, y ese algo fue mermando poco a poco nuestra relación.
No notaba suficiente interés por su parte. Cuando estábamos juntos, no es que me pudiera quejar, mas o menos me hacía caso, aunque echaba en falta más muestras de cariño. Pero cuando cada uno estaba en su casa, es como si pasara de mi.
Solo nos veíamos los fines de semana, y era siempre yo la que le llamaba para quedar, o para hablar entre semana.
Un día tuvimos una discusión porque él no se creía que yo fuera virgen. Parece ser que a través de amigos comunes le llegó la noticia de que yo me había acostado con el anterior chico con el que salí (mi enamorado). Me sentí super ofendida. En primer lugar por él dudar de mi palabra, y en segundo lugar, por las difamaciones que salían de la boca de mi ex.

Durante un tiempo estuve muy alterada con esta situación, para mi en esa época era muy importante lo de mi virginidad, y me hervía la sangre el que alguien fuera diciendo tales cosas. Intenté contactar con mi ex para cantarle las cuarenta al respecto, pero no le localicé. Luego me fui tranquilizando y ya me daba más igual hablar con él  o no.

Con este chico, con el que estaba saliendo, tenía una relación de lo más decente, no había tocamientos, me respetaba mucho, por lo que un día que se le fue la mano, le dejé tocarme el pecho.
Es curioso, fue el primero en tocarme esta zona, pero es lo único que llegó a tocar.
La relación empezaba a hacer aguas.

Tenía numerosas discusiones telefónicas por su pasotismo hacia mi, he incluso me enrollé con algún tío como para vengarme. Me daba igual que se enterara.
En una de esas discusiones, corté con él, e incluso le solté lo de mi infidelidad para hacerle daño. El me dijo que nunca me había sido infiel, pero me dio igual. Estaba muy dolida con él, porque estaba harta de ser la única que parecía sentir algo.
Una semana después, mas o menos, mi mejor amiga me pidió permiso para salir con este chico para dar celos al que realmente le gustaba a ella (parece ser que el chico que le gustaba a ella, odiaba a mi ex, y así le fastidiaba mas).
En ese momento yo me sentía muy fría, con cierto rencor hacia mi ex, y le dije que hiciera lo que quisiera, que me daba igual.
Pero por lo que vi, no me daba tan igual. Seguíamos saliendo todos en pandilla, y no pude soportar ver a mi amiga besándose con mi ex. Tuve que salir del local para no verlo y se me escaparon algunas lágrimas.
Mi amiga vino a hablar conmigo, y decidió cortar con mi ex, porque vio que me hacía daño.
Posteriormente, me enteré, que si realmente esta relación duró tanto (unos 4 meses, hasta la fecha era mi record de duración con un chico), era porque ante todo mi ex me quería como una amiga, y tenía miedo de perderme como tal si cortaba conmigo.
Pues la cagó del todo. Si hubiera sido sincero desde un primer momento, no habría pasado todo esto.
Puedo tener una relación de amistad sin problemas con un chico que en un principio me haya gustado. No soy de amores platónicos. Si mi cariño no es correspondido, soy capaz de cambiar totalmente el chip. No soy capaz de amar a alguien que no esté enamorado de mi.
Así que este chico perdió la oportunidad de tenerme como amiga por cobardía y no haber querido ser sincero conmigo. Jugó con mis sentimientos, y eso no lo tolero.

NUMERO 10 - AMOR DE VERANO

Siempre que recuerdo este amor me pongo triste. Sentía muchas cosas intensas, y me emociono al recordarlas. Siempre me arrepentí de no haber sido valiente para declararme y vivir la relación con más pasión. Pero tenía mucho miedo al rechazo, y preferí mantener la amistad.

No sé exactamente la edad con la que nos conocimos, tal vez con 16 o 17. El primer año chócabamos bastante. Hablábamos de vez en cuando pero solo para soltar alguna broma, ironía, etc.
Al verano siguiente empezamos a congeniar como amigos, pero era una amistad super intensa. Estábamos a todas horas juntos, en la playa, por la noche. No parábamos de hablar, de reír.
Es increíble, pero ahora mismo se me están escapando las lágrimas solo de recordarlo. Fue una época muy feliz y emocionante en mi vida.
Todo el mundo pensaba que éramos pareja o que nos gustábamos, así que cuando mis amigas o familia me preguntaban al respecto, yo siempre lo negaba.
- Somos solo amigos - era siempre mi respuesta. Tenía pánico de que él supiera que yo sentía algo más, y al no ser correspondida romper la relación tan maravillosa que teníamos.
Y es que él, no me daba pie. No estaba segura del todo de lo que sentía por mi.

Pasaban los años, y cada vez que nos encontrábamos, seguía igual de intensa nuestra amistad. Sobre todo recuerdo un verano, cuando acababa de llegar a mi apartamento, y vinieron mis amigas a saludarme. Me dijeron que saliera un momento al pasillo, y ahí estaba él. No podría describir con palabras la emoción que sentí al verlo.

Pero ese verano ya no nos vimos tanto, porque él había empezado a salir con una chica, aunque no quitó que de vez en cuando quedáramos todos juntos.
Aunque seguía sintiendo cosas muy intensas hacia él, creí que toda posibilidad había terminado, y asumí que todo estaba en mi cabeza, y que él nunca había sentido nada romántico por mi.
Con esto quiero decir, que yo puedo estar enamorada de una manera platónica de alguien que en algún momento me de pie o me haga sentir ilusiones de poder conquistarlo;  pero cuando esa persona de una forma u otra me hace ver que ya no hay posibilidades, pues me desenamoro....

Sigamos con la historia.
Como vi que ya no tenía nada que perder, puesto que él había encontrado el amor en otro lado, me atreví a sacar el tema de los sentimientos. Mas que nada como quien cuenta una anécdota, haciéndole saber del cacao mental que yo tenía en el pasado por no saber exactamente lo que él sentía hacia mi.
Y me llevé un chasco increíble. ¡Será cabrón! (no es que le describa con este apelativo, pero es lo que pasó por mi mente en ese momento)
Por lo visto, todos esos años, él también había estado enamorado de mi, pero no quiso declararse ni llevar nuestra relación de una manera mas profunda por miedo.
Solo nos veíamos los veranos, y no soportaba la idea de no volverme a ver en todo el año.
No niego que le entendía a la perfección, pero por otro lado, es como si hubiera perdido la oportunidad de explorar lo que podría haber sido nuestra relación como pareja. Creo que tantos sentimientos reprimidos hubieran dado lugar a una explosión indescriptible de sensaciones. En estas edades vivía todo con mucha más intensidad, y si sin ni siquiera habernos dado un beso, ya tengo estos recuerdos tan profundos, hubiera sido increíble, si la relación hubiera sido algo mas que una simple amistad.
Es verdad que nunca nos habíamos dado un beso, pero esa noche me acompañó a casa. Su novia se quedó abajo en el hall, y él subió conmigo en el ascensor, donde nos dimos, creo que el mejor beso de mi vida.
No fue exactamente por la técnica o algo así. Era por toda la tensión que tenía acumulada hacia él. Sentí de todo. Mariposas en el estómago, me temblaban las piernas. Fue increíble de verdad.
Pero ahí se acabó todo, no volvió a salir el tema.....

Pasaron algunos años sin casi verle (estaba con su novia) porque  se distanció de mi, imagino que por lo que hablamos en nuestro gran encuentro...Hasta que hubo un año, que no se ni como pasó, quiso quedar conmigo.
Era Carnaval, había dejado a su novia no recuerdo donde, y quiso encontrarse conmigo para saludarme.
Yo estaba con una amiga, y demasiado bien se portó porque hizo de carabina y sujetavelas.
Fue una noche rara. Estábamos los dos un poco bebidos, controlando, pero bastante desinhibidos. Recuerdo estar los tres sentados en un escalón, con mi amiga en medio haciendo de intermediaria, en plan juego. Empezamos a decirnos el uno al otro que nos queríamos, pero a través de mi amiga, como transmisora de los mensajes.
Al final nos levantamos, y nos enrollamos. No duró demasiado tiempo, porque él tenía que irse para recoger a su chica, pero volvió a ser un momento digno de ser recordado. Solo faltaba que salieran corazones de nuestros cuerpos.
Siguieron pasando los años.
Dejé de ir a la playa. No vivía con mis padres, y había empezado a trabajar, por lo que era complicado.
Le escribía cartas (muy normales, de las que se escriben los amigos), y aunque él nunca me escribió, si me llamó en alguna ocasión.
Un día recibí una carta de su novia, muy ofensiva, como la de alguien que quiere proteger a su novio. Fue muy cínica, y me soltó algo como que me fastidiase, porque yo nunca me había acostado con él, y ella había sido la primera. La verdad es que fue una carta de lo mas vulgar. El origen de esta carta, tenía que ver porque había leído las cartas que yo le envíaba, y se pensó que era una técnica de conquista, para quitárselo o algo así.
Pero supe salir de la situación. Le respondí; le conté que nunca había pasado nada con su novio, que sólo éramos buenos amigos, y que me tenía para lo que quisiera.
Durante un tiempo incluso intercambiamos cartas como buenas amigas.

Los años seguían pasando. Él cortó con su novia. Y en unos carnavales decidí ir a hacerle una visita. Creo que yo tendría unos 25 años.
Quedamos en una plaza, y si no es porque él estaba en un sitio determinado y parado, creo que no le habría reconocido. No estaba como le recordaba. Era todo un hombre. Más cuerpo, mas masculina su cara, etc. Y es que los hombres, de los 18 a los 27 años, cambian mucho.
Estuvimos hablando bastante, y noté que ya no era el chico del que yo me enamoré. Se había vuelto mas duro, menos sensible, mas serio. No sabría describirlo del todo.
Pero digamos que todo este análisis de su personalidad no fue inmediato, tuvo un proceso.
En un primer lugar, sentí como que recuperaba algo. Y además tenía una asignatura pendiente con él. Realmente siempre soné con perder mi virginidad con él, era el típico sueño erótico-romántico de adolescente.
Pero ya era tarde para eso, aunque no quitaba que tuviera ganas de probar lo que me había perdido.
Y claro, él ya no era mi "niño" con miedo a los sentimientos, etc. Era un hombre, y sabía lo que quería.
Así que no recuerdo ni como lo decidimos, pero nos fuimos a un hotel a pasar la noche juntos.
Hubo mucho sexo, demasiados años conteniéndolo. Me llamó la atención como era capaz de controlar su eyaculación. Creo que nunca he conocido a nadie que fuera capaz de controlarla de tal manera.
El intentaba por todos los medios que yo tuviera un orgasmo, pero tuve que hacerle entender que eso era imposible, que no se obsesionara. Es que duraba tanto, que llegaba un momento en que tenía que decirle que parara porque empezaba a dolerme a mi....
Me sentí halagada cuando me comentó que nunca pensó que yo fuera tan buena en la cama. Egoistamente pensé - que se fastidie, por no haber querido ser mi pareja....
Meses después, él vino a la ciudad donde yo vivía, y durmió en mi casa. Volvimos a hacer el amor, pero sentí que ya no había feeling entre nosotros. No cuajó, no sentía nada hacia él.
Así que cuando él regresó a su casa, hablamos alguna vez por teléfono, pero perdimos totalmente el contacto.

¿Como explicarlo? Creo que lo que pasaba es que yo estaba  (y estoy) enamorada de su recuerdo, de como era en nuestros primeros tiempos. Pero la vida da muchas vueltas, los caracteres se van forjando con los palos que te dan, y ya no me gustaba tanto la persona en la que se había convertido.
Noté por como hablaba de su exnovia, que todo este cambio de su personalidad había sido influenciado en gran manera por la relación que tuvo con ella, que por lo visto le hizo sufrir bastante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario